La mentalidad de un deportista es sumamente compleja. Es un reto lograr adentrarse en ella sin perderse entre las trampas como el ego, el talento, el dinero y la fama. Sin embargo, debajo de las primeras mascaras encontramos una mezcla de disciplina, sufrimiento, competencia, miedo al fracaso, miedo a no ser suficientemente, miedo a perder el talento así como todo lo contrario: miedo al éxito, miedo a ser el mejor, miedo a la fama pero sobretodo miedo a no tener mas retos o sueños que dominar. La mentalidad de un deportista de alto rendimiento siempre es una carrera de obstáculos y resistencia, es un tour de Francia interminable y el único que quieres ser en esa carrera es Louis Armstrong sin drogas.
Ser un deportista de alto rendimiento no es lo mismo que una persona fitness. Es completamente diferente vivir para hacer un deporte que hacer un deporte o ejercicio por diversión, recreación o para mantenerte físicamente saludable. El deportista se enfrenta a fracasos crueles y devastadores como perder competencias nacionales o internacionales no salir más flaco o gordo en la foto navideña. Es entregarte al deporte que amas con pasión y disciplina como si tu cuerpo dependiera de ello y hubiera nacido para eso. El talento es algo secundario que se puede o no tener, sin embargo si tienes la suficiente pasión puedes ser igual de bueno que alguien que tiene talento solo costara más trabajo mas no será imposible.
Son horas y horas frente a la red para los tenistas, horas y horas frente al balón para los futbolistas y frente al tablero para los basquetbolistas. No perseguir o perder el sueño de tu vida por una lesión significa la muerte para los deportistas natos e innatos, es un fracaso que si no se lleva correctamente puede marcarlos de por vida y arruinar toda su carrera. Nunca vuelven a ser ellos mismos, no son el mismo padre, el mismo hijo, el mismo esposo. Saber enfrentar la derrota es una cualidad que solo los mejores atletas y deportistas de alto rango saben hacer.
Nadie te enseña a que hacer cuando pierdes o peor aun cuando te vencen. El problema real no es perder los millones o contra el otro, si no cuando perdiste la batalla contra ti mismo. Te das asco, vergüenza y lastima, no te sientes merecedor de ningún reconocimiento ni el segundo lugar te llena. Es una frustración y coraje que se fusionan dentro de sí y les impide ver todo lo que ganaron y todo lo que tienes ya ganado. La derrota es una lección de vida que no todos aceptan para crecer y les traen problemas graves en su desempeño, confianza y vida personal.
Por ello recomiendo lo siguiente:
- Asisitir a un proceso terapéutico que se enfoque únicamente en lo que necesitas afrontar.
- Continuar entrenando y preparándote pero esta vez con mayor pasión y alma en lo que estas haciendo.
- Acompañarte y dejarte apoyar por aquellos que son tu motivación e inspiración
- Afrontar la derrota como aprendizaje de vida no como atleta.
- Ser un atleta completo, tener un equipo disciplinario (fisio, nutrición y psicólogo) ya que esto ayuda a evitar fracasos y posibles lesiones que te impidan llegar al máxima potencia.